Las tensiones cambiarias y monetarias son propias de los años impares, en los que la Argentina ingresa en un tiempos electorales, donde la economía es uno de los factores determinantes en el humor político de los argentinos. En una semana, habrá un test en Buenos Aires, la antesala de lo que será la puja del 26 de octubre. Frente a ese escenario, la administración del presidente Javier Milei intensificó sus esfuerzos para transitar el tramo final sin sobresaltos con un “Plan Aguantar”.
En este marco, el Banco Central (BCRA) volvió a insistir en no soltar el tipo de cambio y reforzó su presencia en el mercado de futuros de dólar, donde su operatoria se hizo cada vez más visible. En consecuencia, el volumen negociado en la semana promedió U$S2.500 millones, un nivel que triplica el movimiento habitual de un mercado que en períodos de calma opera menos de U$S 1.000 millones, indica GMA Capital. A la par, el interés abierto escaló hasta U$S7.950 millones, alcanzando los máximos de la gestión Milei y ubicándose en valores comparables a los de la previa de las elecciones de 2023.
¿Cuánto de ese monto corresponde al Central? La última cifra oficial ubicaba su posición vendedora en U$S3.800 millones, aunque las estimaciones actuales la sitúan más cerca de U$S6.000 millones. Esto muestra el creciente protagonismo del organismo en el mercado y la magnitud de los compromisos que viene asumiendo, apunta el economista Nery Persichini. Sin embargo, a medida que aumentan las ventas de futuros del BCRA, se vuelve más difícil sostener el tipo de cambio únicamente con esta herramienta. Aun así, en la segunda parte de la semana el mercado acompañó el movimiento y volvió a colocarse en pesos, lo que permitió al Central cumplir con su meta inmediata: mantener al dólar por debajo de los $1.330.
De esta forma, acota GMA, con un billete más bajo y tasas en compresión, el dólar implícito al 15 de diciembre retrocedió hasta $1.477. Así, incluso mirando más allá de las elecciones, el dólar breakeven (equilibrio) se mantiene por debajo del techo de la banda cambiaria, reflejando un mercado menos tensionado. Por ahora, la estrategia oficial sigue conteniendo expectativas.
Al igual que en el frente cambiario, el esquema monetario y financiero busca sostenerse sin alteraciones hasta las elecciones. En este sentido, dice Persichini, el equipo económico concentra sus esfuerzos en refinanciar los vencimientos del Tesoro, mientras la estrategia de fondo sigue siendo evitar que se genere un exceso de pesos en la economía.
Para cumplir con este objetivo, las licitaciones continúan validando tasas en ascenso. Esta semana, las Lecaps se colocaron en promedio a 4,3% de Tasa Efectiva Mensual (TEM), cuando en los primeros meses tras la salida del cepo y hasta el desarme de las LEFI lo hacían en torno a 2,5/2,6%. Así, el costo de fondeo se encarece a medida que crece la necesidad de garantizar la renovación de la deuda en pesos.
Por otro lado, al endurecimiento de encajes y a la volatilidad de tasas se suma también un sistema bancario apretado. El ratio de préstamos sobre depósitos alcanza el 83%, ubicándolo en máximos desde 2018.
En estas semanas de tropiezos económicos y ruido político, la desconfianza ganó terreno. El Índice de Confianza del Gobierno (ICG) se desplomó 13,6% en agosto y quedó en 42,4%, el nivel más bajo de toda la era Milei.
¿Detonantes? Persichini señala como probables los vetos a leyes en temas sensibles, como el aumento jubilatorio, la moratoria previsional y la emergencia en discapacidad. Entonces, ¿cómo llega Milei a las elecciones? Tanto la gestión de Mauricio Macri como la de Néstor Kirchner llegaron a sus legislativas con un respaldo claro reflejado en el ICG: 56,6% y 43,8%, respectivamente. Esto no es un dato menor, ya que, en ambos casos, ese pulso de confianza se tradujo en un gran desempeño electoral. Así, la tarea del Gobierno es compleja, y los próximos dos meses se harán eternos. De todos modos, el margen de maniobra en lo económico podría abrirse marginalmente después del domingo. Es que, más allá de encuestas de imagen y de intención de voto de cara a octubre, no hay dudas de que la elección de Buenos Aires se mirará como el mejor predictor de los resultados nacionales, finaliza GMA.